En un sorprendente giro de los acontecimientos, dos jugadoras de la WNBA fueron descalificadas de un partido muy esperado tras violar una política de la liga recientemente implementada que prohíbe el keeling durante el partido. El polémico incidente ha generado acalorados debates en redes sociales y en la comunidad deportiva de toda la región.

El incidente
ocurrió durante un partido el domingo por la noche, cuando las dos jugadoras optaron por rendirse mientras se jugaba el himno nacional, una medida que suele asociarse con las protestas contra la injusticia racial y la brutalidad policial. El acto desafió directamente la regla recientemente implementada por la WNBA de “No rendirse durante el saludo a la bandera “, que estipula que las jugadoras deben permanecer en la cancha durante todo el himno o se enfrentan a la expulsión inmediata de la cancha.
Los árbitros detuvieron el partido poco después de finalizar el himno y los oficiales escoltaron a los jugadores fuera de la cancha ante la audible exclamación de sorpresa de los fans. Si bien la liga no ha publicado oficialmente sus nombres, las fuentes indican que son estrellas prometedoras con un gran número de seguidores tanto dentro como fuera de la cancha.

La nueva
política de la WNBA, promulgada hace apenas unas semanas, se presentó como un esfuerzo para “promover la dignidad y el respeto” durante las ceremonias deportivas. Sin embargo, los críticos la consideran un intento de suprimir la libertad de expresión entre las jugadoras, muchas de las cuales han estado a la vanguardia de los movimientos por la justicia social en los últimos años.
“Esta regla contradice directamente todo lo que defendemos como atletas y activistas”, declaró una de las jugadoras descalificadas en un comunicado publicado a través de su publicista. “Keelig no se trata de faltarle el respeto a la bandera; se trata de exigir responsabilidad y cambio”.
Reacción pública:
Las descalificaciones han desatado una ola de opiniones. Quienes apoyan la norma argumentan que impone el profesionalismo y fomenta el respeto por las tradiciones nacionales. “El deporte debería centrarse en el juego, no en declaraciones políticas”, comentó un usuario en Twitter.
Por otro lado, los críticos han criticado duramente a la WNBA por lo que consideran una violación del derecho a la libertad de expresión de las jugadoras. Activistas de derechos civiles y atletas prominentes han recurrido a las redes sociales para expresar su indignación, con hashtags como #LetThemKeel y #StaпdForJustice que recorren todo el mundo.
“Silenciar a estas jugadoras solo amplifica los mismos problemas que combaten”, afirmó la Dra. Apgela Price, profesora de ética deportiva en la Universidad de Georgetown. “La decisión de la WNBA es un retroceso en términos de inclusión y progreso”.

¿Qué sigue?
La WNBA aún no ha emitido un comunicado formal sobre el incidente, pero fuentes sugieren que la liga se prepara para la reacción negativa de las marcas, jugadoras y patrocinadores. Según informes, varios equipos están considerando acciones colectivas, incluyendo un posible boicot de partidos, para presionar a la liga a revisar su controvertida política.
Mientras el debate se intensifica, una cosa está clara: este incidente ha puesto a la WNBA bajo la lupa, no solo como plataforma para la excelencia atlética, sino también como campo de batalla para la lucha por la libertad de expresión en el deporte. Queda por ver si esta política resistirá la prueba del tiempo o se derrumbará bajo el peso de la protesta pública.